Los visitantes encuentran familiar la localización que aparece en la película, porque parece un lugar cercano al memorial mismo. El monumento, así, presenta lo visible y reconocible, mientras que alude también al secreto y a lo oculto. En esta muestra de lo visible y lo invisible, que se considera como parte de una más amplia cuestión de la aceptación contemporánea de la homosexualidad, es clave para el entendimiento de la propuesta de Elmgreen y Dragset.
La memorialización puede proporcionar ideas sobre el entendimiento de la sexualidad, y animar a la aceptación social presente y futura. El memorial ofrece un marco estético tanto para testimoniar la persecución nazi de los homosexuales como para el reconocimiento de que las creencias e ideas empleadas al servicio de la homofobia continúan en la actualidad. El memorial busca crear una experiencia estética que ilumine tanto los hechos históricos y las preocupaciones contemporáneas, permitiendo todo el tiempo una respuesta del espectador en conflicto.
Los modelos para un monumento nacional por las víctimas homosexuales de la persecución nazi tenían un buen número de precedentes, incluyendo memoriales en la antigua Alemania oriental y occidental. El triángulo rosa es, quizá, el símbolo más famoso, y se usó de forma creciente en los 1960 y 1970, en un esfuerzo consciente de conectar la continuada represión de la homosexualidad con los traumas del Holocausto. Personas individuales comenzaron a usar el símbolo para construir la conciencia social y reclamar derechos legales para los homosexuales. Algunos grupos se implicaron en memoriales “oficiosos” que implicaban la colocación de coronas conmemorativas en diversos campos de concentración en honor a las víctimas homosexuales del Nazismo.
Los memoriales proliferaron en el Oeste, como resultado del reconocimiento del Presidente Richard von Weizsäcker, en 1985, en su discurso en el Bundestag, de que los homosexuales fueron, sin duda, víctimas de la persecución nazi. los sitios memoriales de los antiguos campos de concentración de Dachau (1985) y Sachsenhausen (1992), entre otros, siguieron el ejemplo de Mauthausen (1984), y erigieron memoriales a las víctimas homosexuales. En 2000 una exposición en el sitio memorial a las víctimas homosexuales fue instalada en Sachsenhausen, acompañada por un catálogo de dos volúmenes, que revelaba el creciente momento de reconocimiento oficial y nacional en una Alemania unificada de la difícil situación que enfrentaban los homosexuales bajo el Nazismo.
El colectivo de víctimas homosexuales perseguidos por el Nazismo se mantuvo fuera de la conmemoración pública en Alemania durante mucho tiempo. Es más, al seguir vigente el artículo 175 del código penal nazi, hasta los homosexuales que habían escapado de los campos de concentración podían volver a ser detenidos y condenados bajo la misma legislación, lo que evitó que pudieran realizar ningún tipo de reclamación legal. Un replanteamiento de esta situación de la política conmemorativa se produjo, por primera vez, en 1985, durante el discurso del Presidente Richard von Weizsäcker para el cuarenta aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial en el que, por primera vez, se nombraba a diferentes grupos de víctimas en la conmemoración.
En 1993 se fundó la Initiative der Homosexuellen NS-Opfer gedenken, que junto a la Lesben- und Schwulenverband (LSDV), comenzaron a impulsar la reclamación de un memorial nacional por las víctimas homosexuales perseguidas por el régimen nazi.
En 2002 se produjo la rehabilitación legal de las víctimas homosexuales del artículo 175, mediante la regulación de la Ley de derogación de las leyes injustas nacionalsocialistas. Posteriormente, en diciembre de 2003 el Parlamento alemán aprobó la construcción de un memorial en el distrito de Berlín-Mitte. El memorial fue finalmente dedicado en mayo de 2008, con la asistencia de miembros del gobierno local y federal, y despertando un gran interés de los medios de comunicación.
Para la implementación de la decisión del Parlamento se inició un concurso artístico por el Land de Berlín, por encargo del gobierno federal alemán.
El Denkmal für die im Nationalsozialismus verfolgten Homosexuellen fue dedicado el 27 de mayo de 2008, y se encuentra en el Tiergarten de Berlín, en las cercanías del lugar central de conmemoración y recuerdo de las víctimas de los crímenes nazis, junto a otros memoriales dedicados a otros grupos de víctimas: Denkmal für die ermordeten Juden Europas, el Denkmal für die im Nationalsozialismus ermordeten Sinti und Roma, y el Gedenk- und Informationsort für die Opfer der nationalsozialistischen ‘Euthanasie’-Morde. Todos ellos son supervisados por la Fundación Memorial a los Judíos Asesinados de Europa.
El memorial, diseñado por el dúo de artistas danés-noruego Michael Elmgreen e Ingar Dragset, está compuesto por un bloque de hormigón de 3,60 metros de alto y 1,90 metros de ancho; a través de una pequeña obertura se puede ver una corta película, en un bucle sin fin, que se cambia cada dos años, en el que se puede ver a una pareja de hombres o de mujeres besándose, y que es realizado en cada ocasión por artistas diferentes. La proyección del vídeo desató una polémica con respecto a si se debía incluir también o no a dos lesbianas besándose, ya que no existen registros sobre la muerte o reclusión en campos de lesbianas, aunque sí hay datos sobre otras formas de represión contra ellas. Esta polémica fue la que marcó que el vídeo se cambiase cada dos años, y que también mostrase a dos lesbianas besándose.
Otra controversia se suscitó debido a su colocación, en las proximidades del Memorial del Holocausto. En 2008, el historiador y superviviente del Holocausto Israel Gutman señalaba que los visitantes podían llevarse la impresión de que no había gran diferencia entre el sufrimiento de los judíos y el de los homosexuales.
Este fue el tercer memorial de este tipo dedicado al colectivo homosexual, tras el Ángel de Frankfurt (dedicado en 1994) y el Triángulo Rosa de Colonia (1995). La erección del memorial se produjo a raíz de las discusiones sobre el desarrollo del Memorial a los Judíos Asesinados de Europa, y fue acordado por el Bundestag alemán en 2003.
Junto al memorial se encuentra una placa en alemán e inglés que explica una breve historia de la persecución sufrida por los gays durante el nazismo, por medio del artículo 175 del código penal, y la perseverancia de la persecución durante la RFA y la RDA, que siguió vigente durante más de dos décadas, hasta que fue reformado en 1969 y totalmente derogado en 1973.
Apenas tres meses después de su inauguración, en agosto de 2008, el memorial fue dañado en el primer acto vandálico que ha sufrido, rompiendo la ventana por la que se ve la película del beso. Políticos de diferentes partidos lo vieron como una consecuencia de la creciente violencia contra los homosexuales. Al día siguiente se llevó a cabo una concentración de protesta, aunque se produjo un nuevo ataque en diciembre de ese mismo año, nuevamente contra la ventana de la película. En la primavera de 2009 el memorial fue atacado por tercera vez, y la ventana fue esta vez rayada.
El mantenimiento del memorial es financiado mediante el presupuesto de la Oficina Federal para la Cultura y los Medios de Comunicación. El Parlamento regional de Berlín proporcionó el espacio. La Fundación Memorial a los Judíos Asesinados de Europa se encarga de la supervisión del memorial.
El memorial es accesible las 24 horas del día en el Tiergarten, en la parte opuesta al Memorial del Holocausto.
El memorial busca señalar, en la Alemania reunificada la naturaleza conflictiva de los esfuerzos previos de memorializar a las víctimas homosexuales de la persecución nazi. La selección del diseño de Elmgreen y Dragset habla directamente sobre estos debates.
El memorial posee una función dual: educar a los visitantes sobre el pasado y señalar la continuada discriminación del presente. Para cumplir esta función dual el memorial comparte una obvia similitud arquitectónica con otro importante memorial público: el cercano Memorial por los Judíos Asesinados de Europa, diseñado por Peter Eisenman, que domina visualmente el paisaje urbano cuando se compara con el memorial de Elmgreen y Dragset, una construcción similar a una tumba. Sin embargo, en contraste con el memorial de Eisenman, se utiliza un único cubo, del mismo material y color que las estelas de Eisenman. Los visitantes se ven atraídos dentro del memorial, aunque sólo sea visualmente. La localización en el Tiergarten, la proximidad al memorial de Eisenman, y la forma de pabellón abierto que obliga a los observadores a mirar dentro de la estructura, permite al monumento asumir un propósito dual: la necesidad de hacer visible un hecho histórico olvidado e ignorado y establecer provocativos paralelismos con la aparentemente menos marginalización de los homosexuales en el presente. El memorial añade un giro distintivo, revelando que su trabajo no es meramente un juego (visual) de “victimización competitiva”.
La visión individual de la película por parte del observador contrasta con la estructura pública del memorial, que presenta una imagen pública que está conscientemente marginada por su entorno. Usando un diseño y una localización que requiere alertar a los observadores para interactuar con el memorial, el monumento hace obvio lo visible en el presente y usa ese presente para educar sobre el pasado.
Una pequeña placa cerca del monumento advierte al observador en términos que son simplistas aunque sucintos: “un simple beso podría provocarte problemas”. La inscripción parece trivializar los horrores que el monumento mismo busca representar. El monumento señala su función dual: proporcionar incentivos para una mayor educación histórica e iluminar el confuso lugar que las relaciones homosexuales juegan incluso hoy día.
Contacto
Denkmal für die im Nationalsozialismus verfolgten Homosexuellen
Eberstrasse / Hannah-Arendt-Strasse
10117 Berlín
www.stiftung-denkmal.de