Entre 1938 y 1945, más de 132.000 mujeres fueron internadas en el campo de concentración para mujeres de Ravensbrück, a unos 80 km de Berlín. 90.000 de esas mujeres no sobrevivieron.
Aproximadamente 900 mujeres fueron deportadas a Ravensbrück desde Holanda, mayoritariamente por sus actividades de resistencia contra las fuerzas ocupantes alemanas. El mayor grupo de mujeres procedentes de Holanda llegó desde el campo de Vught, en septiembre de 1944; en Ravensbrück, las condiciones de vida en este período eran extremadamente difíciles. Debido a la falta de espacio, las mujeres tenían que pasar la noche al aire libre y muchas murieron a causa de esto.
En abril de 1945, las supervivientes holandesas fueron liberadas, por iniciativa de la Cruz Roja sueca.
Actualmente, el campo de concentración de Ravensbrück es un museo y memorial.