El 4 de mayo de 1970, el Grupo Joven Homosexual de Acción de Ámsterdam (Amsterdamse Jongeren Aktiegroep Homoseksualiteit) llevó a cabo un acto durante la ceremonia de Recuerdo Nacional en la plaza Dam, en memoria de los homosexuales exterminados durante la guerra. Las autoridades consideraron este hecho impropio y se arrestó a los “perturbadores de la paz”.
En mayo de 1979, el Grupo Gay PSP tomó la iniciativa para realizar un Homomonument. La idea recibió un amplio apoyo entre el movimiento gay y lesbiana, procedente de los partidos políticos de la derecha y de la izquierda. También recibió un apoyo entusiasta internacional.
Un aspecto importante del monumento es que debía dirigirse tanto a hombres como a mujeres. Además, no podía ser un monumento tradicional arrinconado en un rincón oscuro, sino un monumento vivo, situado en el centro de la ciudad. Además, no debía ser un monumento sólo para aquellos que sufrieron bajo el régimen nazi, sino que debía recordar que la opresión homosexual había existido mucho antes de los nazis y continuaba hasta el presente.
Por tanto, el Homomonument tiene tres dimensiones: una advertencia desde el pasado, un reconocimiento y confrontación con el presente y una inspiración para el futuro. Con estos aspectos en mente, los artistas fueron invitados a crear un monumento, al mismo tiempo que se formaba un Comité de Recomendación para conseguir fondos, con personas activas en la vida política, artística y religiosa.
Unánimemente, el jurado escogió el diseño de Karin Daan, basado en el concepto de añadir un elemento a los alrededores que se convierte en parte del entorno. La base principal de su diseño es la situación del memorial: una curva en la pared del muelle del canal. Aquí introduce el diseño de un triángulo de granito rosa, basado en el símbolo que los homosexuales llevaban en los campos de concentración nazis. Con el triángulo junto al canal como su punto central, Daan expandió su diseño para hacer su trabajo tan monumental como fuese posible, sin romper con el entorno: además del triángulo junto al agua, hay un triángulo en forma de podium, y un triángulo memorial a nivel de calle. Todos los triángulos tienen las mismas dimensiones (10x10x10 metros), creando un cuarto enorme triángulo de 36 metros de lado. Entre los triángulos, la vid diaria se mantiene imperturbable.
Llevó 8 años conseguir los fondos necesarios para construir el memorial. En abril de 1987 se puso la primera piedra de la construcción; en septiembre de ese año, el monumento fue inaugurado. En el triángulo junto a la Casa de Anna Frank, hay una inscripción del poeta Jacob Israel de Haan (1881-1924): “Un deseo de amistad tan intenso”.
La relación del memorial con su entorno está enfatizada por la situación de los triángulos: el podium está junto al centro de la lucha de liberación gay y lesbiana, y representa el presente, un lugar que se ha convertido también en el centro de las conmemoraciones sobre el SIDA; el “triángulo memorial” con su inscripción está junto a la Casa de Anna Frank, el centro de la lucha contra el fascismo, antisemitismo y racismo, y representa el pasado; el tercer triángulo, junto al agua, señala el Memorial Nacional de Guerra, en la plaza Dam, simboliza un paso hacia un futuro mejor.
Cada año, el 4 de mayo, el Día de Recuerdo Nacional holandés, personas de todo tipo se acercan al Homomonument para conmemorar a las víctimas gays de la guerra. Representantes de todos los partidos políticos, organizaciones sociales, el ejército, la policía, dignatarios y ciudadanos ordinarios mantienen los dos minutos de silencio tradicionales a las 8 de la tarde, y escuchan a los oradores. La bandera holandesa ondea a media hasta y se canta el himno nacional holandés. Se trata de una ceremonia que, actualmente, está reconocida oficialmente. El 5 de mayo, el Día de la Liberación, gays y lesbianas se reúnen en el monumento en una fiesta. Aunque pueda parecer paradójico, se trata de una fiesta completamente armónica con la visión del monumento, porque los participantes en la fiesta demuestran que aún no se ha olvidado el pasado, porque el memorial debe estar anclado en el pasado, pero estar vivo en el presente y mirar hacia el futuro.
Por tanto, el Homomonument es un lugar de contemplación y de celebración. Y estas dos funciones no están en conflicto una con otra sino que, por el contrario, se complementan mutuamente.
El monumento es también un lugar en el que los individuos conmemoran sus recuerdos, donde personas de todo el mundo dejan flores, toman fotografías y se unen unos a otros, en una sensación de solidaridad.