Hubo dos pasos previos a la tragedia que no sólo
afectó a Lezáky: el 15 de marzo de 1939 las
tropas alemanas ocupaban los territorios de Bohemia y Moravia,
y el 27 de septiembre de 1941, con la llegada del Reichsprotektor
Reinhard Heydrich al Protectorado.
Al
día siguiente del atentado contra Heydrich, el 27
de mayo de 1942, fue proclamada la ley marcial en Praga,
y el 29 se extendía a todo el Protectorado. El propio
Hitler aprobó que el oficial de la Gestapo K.H. Frank
liquidase la ciudad de Lidice: todos los hombres fueron
fusilados, las mujeres y niños fueron encarcelados
y el pueblo fue quemado y arrasado hasta los cimientos.
A
pesar del creciente terror, la estación de radio
de Libuse transmitía noticias a Londres diariamente,
la mayoría de ellas trágicas, para el gobierno
en el exilio. A comienzos de ju-nio, fue necesario transferir
el transmisor a otra zona y acabó en la zona de Lezáky.
Finalmente,
el 24 de junio de 1942, las tropas de las SS, auxiliadas
por miembros de la gendarmería y de la policía
local de Pardubice, junto a los refuerzos de Hradec Králové,
aproximadamente 500 hombres, fueron movilizados. Las columnas
motorizadas se aproxi-maron a Lezáky, rodeándola.
Los habitantes de la ciudad fueron rodeados, junto a los
tra-bajadores de la cantera cercana; los niños fueron
cogidos en la escuela por la policía. Des-pués
del control de los documentos, todos los extraños
fueron expulsados de la zona. Los 47 habitantes del pueblo
fueron transportados a Pardubice, mientras el pueblo era
incen-diado.
Trece
niños del pueblo fueron separados de sus familias
y transportados a Praga, donde quedaron en manos de la Autoridad
Racial y de Asentamiento. Primero las mujeres y luego los
hombres de Lezáky fueron asesinados (16 hombres y
17 mujeres).
El
anuncio de prensa oficial, del 26 de junio de 1942, señalaba
que “el 24 de junio, el asen-tamiento de Lezáky,
cerca de Louka (distrito de Chrudim) fue arrasado hasta
los cimientos. Sus habitantes adultos fueron fusilados,
de acuerdo con la ley marcial. La población había
alojado a paracaidistas checos que tomaron parte en los
preparativos del consumado ase-sinato del SS-Obergruppenführer
Heydrich, al esforzarse en salvar a los terroristas de la
intervención policial”.
Sólo
campos y prados quedaron en este lugar. El destino de los
niños de Lezáky no acabó en Praga,
sino que fueron enviados a Lodz a comienzos de julio. Dos
niñas del grupo fueron consideradas “germanizables”
y entregadas a familias alemanas. Sólo tras la guerra,
la po-licía descubrió su paradero y las ayudó
a volver a casa. El resto de los niños fue transpor-tado
al campo de concentración de Chelmno; durante el
verano de 1942, cientos de niños polacos, 82 niños
de Lidice y 11 de Lezáky fueron gaseados.
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