Las
asociaciones de supervivientes han existido en la República
Checa desde los años 1940. Durante la década
de los años 1950, la vida judía en la antigua
Checoslovaquia quedó fuertemente restringida, y se
situaba únicamente alrededor del Museo Judío
de Praga, fundado en 1906. A comienzos de los 1950 comenzó
la construcción del monumento de la sinagoga de Pinkas
en Praga, un monumento que fue completado en 1996, con los
nombres de más de 80.000 judíos inscritos
en las paredes de la sinagoga.
Durante
el régimen comunista, la conmemoración de
la ocupación alemana y el Holocausto se mantuvo como
parte de la propaganda comunista, que abusó de la
situación, aunque se mantuvo la recuperación
de la memoria. Desde el cambio del paisaje político,
el problema principal ha sido la rehabilitación de
la tradición.
Hasta
1989, casi todos los antiguos presos eran miembros de la
Asociación Checoslovaca de Luchadores Antifascistas,
una organización compuesta de diferentes grupos de
supervivientes de campos como Sachsenhausen o Ravensbrück.
Poco después de 1989, fue creada la Unión
de Prisioneros Políticos Liberados y sus Familias,
que centra su trabajo en la restitución de bienes
de Alemania y de la industria alemana, especialmente en
el caso de la mano de obra esclava.
Además
de estas asociaciones, antiguos prisioneros de Theresienstadt
crearon una organización de víctimas checas
y sus familias, denominada Iniciativa Theresienstadt, que
se considera como una institución de investigación.
Durante
el régimen comunista, la conmemoración de
la ocupación alemana y de los campos de concentración
nazis fue una parte integral de la propaganda estatal y
se abusó de forma extendida. Desde el momento en
que cambió el panorama político, el principal
problema ha sido la rehabilitación de la tradición.
La
memoria y conmemoración de las víctimas del
régimen nazi fue siempre en Checoslovaquia (y en
la actual República Checa) una parte de las celebraciones
del final de la Segunda Guerra Mundial. También se
conmemoran otros hechos acaecidos durante la guerra, como
la destrucción de Lídice. Además, el
memorial de Terezín, desde 1946, recuerda a las víctimas
de los campos de concentración en la Europa ocupada.
La primera vez que se llevó a cabo esta conmemoración,
en presencia del Ministro de Exteriores Jan Masaryk, los
restos de 601 víctimas de la Pequeña Fortaleza
fueron enterrados en lo que actualmente se conoce como el
Cementerio Nacional.
El
Memorial de Terezín es, actualmente, la principal
institución que recuerda a las víctimas del
régimen nazi, encargado de mantener su memoria. También
incluye el ghetto judío, la Pequeña Fortaleza
y el campo de concentración de Litomerice. En octubre
de 2001 se inauguró una nueva exposición permanente.
El Memorial también está trabajando en el
establecimiento de una base de datos de los presos de Theresienstadt,
iniciando el proyecto con los “transportes de evacuación”
de aquellas personas que llegaron en la primavera de 1945,
y en la recolección de estadísticas de la
población judía antes de 1941.
La
creación de la Comisión de Trabajo Mixto,
en 1998, que se dedicaba a la investigación sobre
las pérdidas de propiedad por víctimas del
Holocausto, tuvo una gran influencia en la percepción
pública de cómo debe ser enseñado el
Holocausto, especialmente a nivel político. Existen
también otras tres comisiones con una división
histórica y legal, y una división de bienes
y propiedades. La comisión legal creó un banco
de datos sobre las víctimas y las propiedades que
perdieron. En respuesta al informe de la Comisión
de Expertos, el Estado creó un Fondo Nacional para
las Víctimas del Holocausto que, además de
dar compensación a las víctimas por las “arianizaciones”
ilegales de los bienes y propiedades judíos, también
apoya diferentes proyectos sociales, culturales, educativos
y académicos sobre la vida judía.
El
Memorial de Lídice fue creado a comienzos de los
años 1950 bajo los auspicios del consejo local de
la ciudad, y sólo en 2001 se convirtió en
una organización de ámbito estatal.
Todas
las instituciones nombradas operan como museos históricos
especializados, y cumplen su misión educativa a través
de exposiciones temporales y permanentes. El objeto principal
de todas ellas, junto a los memoriales, es siempre honrar
a las víctimas.
La
representación política proporciona a las
conmemoraciones un significado considerable, y la importancia
de las celebraciones ha crecido notablemente desde el cambio
en el panorama político. El Parlamento de la República
Checa ha declarado también el 27 de enero como “Día
del Holocausto” y, junto al 8 de mayo, se ha convertido
en una fecha de gran significado en el calendario checo.
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